Todos los males de la administración de justicia se han agravado con la pandemia, ante las ineficaces y cosméticas medidas adoptadas por el Ministerio de Justicia, que demuestran el nulo interés que el poder ejecutivo tiene de que dicha administración no funcione, un año y medio después del primer estado de alarma no se ha adoptado ninguna medida de calado, los casos sin resolver se acumulan, el escaso número de jueces, no de juzgados, para resolver los temas no se incrementa, y la sensación de fustracion y abandono inunda a los ciudadanos que acuden o se ven inmersos en un proceso judicial, sentimiento compartido por los profesionales.
Se necesita una reforma seria y eficaz de la administración de justicia, para esta administración pilar del estado de derecho, y que debe garantizar la igualdad entre todos y el respeto a la ley, funcione.